
Hace unas semanas estuve reunida con un equipo de pediatras en Barcelona que me comentaron que estaban horrorizados con la cantidad de niños con plagiocefalia (aplanamiento de la cabeza por la parte posterior) debido a la postura del bebé. Hace ya unos años y tras estudios sobre las causas de la muerte súbita del bebé, se demostró que la postura boca abajo incidía gravemente en la posibilidad de que los bebés murieran por esta razón. Debido a esos estudios, y a fin de reducir el riesgo de este tipo de muertes, se recomendó como postura idónea para dormir, la posición boca arriba con la cabeza ladeada frente a las otras posturas. Pero, como siempre, ante el miedo frente a esta fatalidad, la recomendación se fue llevando al extremo y se convirtió en la actual leyenda urbana de que la postura boca abajo provoca la muerte súbita del bebé. Y no es así; desgraciadamente aún no conocemos con exactitud cuál o cuáles son las causas de este síndrome que lleva a la muerte repentina e inesperada del bebé. Lo que sí sabemos es que uno de los motivos es un fallo respiratorio durante el sueño, por lo que no debemos dejar al bebé durmiendo boca abajo sin la vigilancia de un adulto que pueda detectar cualquier problema y solucionarlo rápidamente.
Ahora bien, no hay que entrar en pánico y llevar esta recomendación al extremo ya que entonces nos encontramos con que la rutina diaria de nuestro bebé consiste en pasar de la cuna a la hamaca, de la hamaca al cochecito, del cochecito al suelo… Y siempre, siempre, en la posición boca arriba. Y si a esta dinámica tan repetitiva le sumamos el considerable y saludable aumento de peso del niño durante los 6 primeros meses de vida nos encontramos con unos bebés planos por la parte trasera. Es decir: la cabeza, la nuca y la espalda están al mismo nivel y eso, sin duda, es un problemón con diversas consecuencias. Sobretodo porque son bebés incapaces de mantenerse boca abajo para iniciar el desplazamiento autónomo, para ser independientes y poder explorar sin la necesidad de pedir apoyo al adulto. En otras palabras, la posición boca arriba priva enormemente al bebé de su estimulación natural.
Esta es nuestra realidad actual y el número de casos es tan elevado que en centros como el Hospital San Juan de Dios de Barcelona la preocupación por el tema de la plagiocefalia postural ha llevado a los profesionales a reconocer la justificada necesidad de una prevención por parte de todos.
Muchos padres que han oído hablar del tema me preguntan qué pueden hacer. Y mi recomendación es bien sencilla y fácil de llevar a cabo: durante todas esas horas en que el bebé está despierto o bajo nuestra vigilancia debemos ir cambiando su postura. Porque, si lo estamos vigilando, realmente no hay peligro ni necesidad de que esté siempre boca arriba. Así que hay que ir moviendo al bebé y cambiando su postura; incluso desde el primer día de vida los niños pueden estar boca abajo, eso sí, a ratitos cortos y muchas veces al día para ir acostumbrándolos a que estén cómodos en la posición boca abajo.
Una práctica tan elemental puede evitar consecuencias tremendas.
Carmen Romero
Psicóloga infantil, experta en estimulación temprana.